Wai-O-Tapu

Hoy seguimos en Rotorua y el plan es seguir con el tema volcánico, a primera hora de la mañana queremos visitar el Wai-O-Pu, una de las reservas termales más famosas de la zona. Sobretodo es conocida por la "Champagne Pool" (ver foto de abajo) y el géiser "Lady Knox" que hace erupción (provocada, con lo que pierde un poco de encanto al ver al tio aparecer por allí y tirar dentro las pastillitas de jabón ecológico) a las 10:15. La verdad es que la visita merece la pena, en un área reducida se pueden ver distintos fenómenos volcánicos, incluidos diversos cráteres, formaciones minerales de diversos colores (en función de su composición), lagunas de barro burbujeante (muy curioso el ruido que hacen) y todo esto acompañado por los vapores que salen por todas partes con su característico "aroma".

"Champagne Pool"

Geiser "Lady Knox"

Despues de esta visita hemos vuelto al pueblo ya que teníamos pensado darnos una vuelta en bici por el bosque de Whakarewarewa, famoso por la cantidad de senderos habilitados para la BTT (más de 100 km). Desafortunadamente, la lluvia nos ha fastiado el plan (a unos más que a otros ;-) y nos hemos quedado sin hacer el "Singletrack Heaven". Para los aficionados al ciclismo de montaña os diré que toda la zona de Rotorua y alrededores es famosa por sus rutas, de hecho en Rotorua, un pueblo de unos 70.000 habitantes hay más de 6 tiendas de ciclismo, todas provistas de unas instalaciones y un material excepcional (aparte de marcas "generalistas", me harté de ver Titus, Santa Cruz, Yeti, Ellsworth, Turner, etc. mención especial para la nomad carbon negra montada en xtr-fox 2011, je, je, "pata negra").

Como alternativa al plan anulado, fuimos a ver el pueblo sepultado de Te Wairoa, que es donde se produjo uno de los sucesos naturales más dramáticos del país en los últimos 150 años: la erupción del Monte Tarawera en 1886. La zona era muy famosa porque es donde estaban las "White and Pink Terraces" que eran unas terrazas de agua termal formadas por los depositos de sílice que el agua volcánica iba dejando a su paso. Un pequeño museo explica la historia de la erupción y un paseo por la zona muestra algunas casas reconstruidas y poco más. La verdad es que nos decepcionó bastante.

Por la tarde, despues de comer (probamos la carne de venado a la piedra), salimos hacia el Torangariro para darle una segunda oportunidad. ¡¡¡A ver si esta vez el tiempo nos acompaña y podemos hacer la travesía!!!